sábado, 18 de diciembre de 2010

LAS CASAS Y LAS PINTURAS

LAS CASAS DE POMPEYA
Domus: es la vivienda romana por excelencia por oposición a Casa. Por sus diferentes
características la domus puede clasificarse en tres clases distintas:
• La Casa señorial (tipo pompeyano): vivienda particular, ocupada
normalmente por un solo propietario y su famila.                                                                                                   
• La insula: Es una vivienda construida para recibir un cierto número de familias diferentes. Es, pues, una casa de vecinos. Las mejor conservadas se han descubierto en la localidad de Ostia y nos dan una idea de las que habitaría también la clase popular en Roma, donde la falta de espacio era cada vez mayor. El contraste entre la Casa pompeyana y la casa de Ostia (similar a los actuales apartamentos) es grande.
  -La casa pompeyana estaba orientada hacia adentro, al abrigo de ruidos e inconvenientes de la calle y no tenia apenas ventanas. En la casa de Ostia, como en las modernas, había abundantes ventanas al exterior.
  - La casa pompeyana solía tener un solo piso, como mucho, dos, en algunas partes de la casa. La casa de Ostia, tenía varios pisos.
  - En la casa de Pompeya cada habitación estaba destinada a un uso determinado. No es así es la casa de Ostia
  - Estas casas populares carecían de agua corriente

• La Villa: En sus posesiones del campo, los romanos tenían por lo regular dos tipos de
edificios que recibían distinto calificativo según la dedicación principal a la que estaban
destinadas:

  -Descripción casa pompeyana y distribución de los principales elementos.


Las casas pompeyanas están orientadas hacia el interior y no hacia el exterior, carecen de ventanas y la luz y el aire entran por dos áreas centrales entorno a las que se articulan las demás estancias, estas áreas son: el atrio, que tiene abierta la parte central del techo, y el peristilo, parecido a un gran patio columnado.
 Son normalmente de un solo piso y cada espacio está dedicado a un solo uso, ya sea comer (triclinium), dormir (cubiculum), reunirse (tablinum), etc...

Primero encontramos un zaguán o vestíbulo, del que pasamos a la puerta, subimos el umbral (limen), generalmente de mármol y elevado sobre el plano del vestíbulo y de la calle. A ambos lados los postes que sujetaban la puerta en sí. Tras pasar la puerta hay una habitación, en algunas casas un simple corredor, las fauces.

De allí se pasa al atrio:

El atrio es un gran espacio vacío con una abertura en el techo, el impluvium, por donde entra la luz y el agua de lluvia, que se recoge en una pila o compluvium. Los primeros romanos hacían la vida en el atrio , pero en la época de la destrucción de Pompeya frecuentaban más las habitaciones interiores y sólo queda como recuerdo el altar de los lares, los dioses protectores de la casa y la familia.

A continuación del atrio está el tablinum(despacho):

El tablinum es una gran habitación que fue la destinada al padre, y en época clásica hacía las funciones de despacho y sala de reuniones. Está también abierta hacia el peristilo, pero generalmente en invierno esta salida se cierra con grandes paneles de madera que se retiran en verano.

También a los lados del atrio está el cubiculum(dormitorios), donde dormían el amo y su familia. Estaban lujosamente decorados. 




LA PINTURA ROMANA

La pintura romana se divide en cuatro estilos:

a. Primer estilo o de incrustaciones :

Este estilo de pintura romana se desarrolla desde mediados del s.II a.C. hasta principios del s.I a.C., todavía en época republicana.

Es así llamado porque imita la decoración de mármoles que se aplicaban en época helenística. Es un estilo muy colorista, de aspecto muy suntuoso. El muro suele estar dividido en tres: un zócalo pintado imitando granito, una zona media imitando mármol y un remate a modo de cornisa realizada en estuco.

b. Segundo estilo o arquitectónico:

Corresponde al siglo I a. C., perviviendo hasta los comienzos del Imperio. Muestra un deseo de abrir los muros a una cierta idea de la perspectiva con el propósito de ofrecer una sensación de profundidad. Para lograr esto incluye las denominadas arquitecturas pintadas sobre entablamentos, columnas, ventanas o nichos, que conducen a un paisaje imaginario. Los mejores ejemplos son la casa de Augusto y la de Livia.



c. Tercer estilo u ornamental:

Se dio entre el 27 a.C. hasta la mitad del s.I d.C, es decir, durante la época de Augusto y sus sucesores. Es un estilo mixto porque en cierta manera es una mezcla de los dos anteriores. Es un estilo menos real y más fantástico.
Se caracteriza por la representación de elementos ornamentales muy ligeros, apareciendo también edificios fantásticos, frisos con niños, elementos vegetales muy estilizados, figuritas de animales, de humanos también pero más pequeñas y delicadas, y pequeñas escenas mitológicas. Los colores son muy intensos.
Se dio más en Roma que en Pompeya y destacan las de la Domus Aúrea.





d. Cuarto estilo o del ilusionismo arquitectónico:

Corresponde a la segunda mitad del siglo I a. C., siendo una especie de síntesis de las tendencias anteriores, dominadas por una escenografía fantástica donde se combinan los motivos imaginarios y las perspectivas arquitectónicas, dentro de lo que podíamos llamar barroquismo conceptual, donde se acentúan los espacios y fingimientos ópticos. A estas pinturas se les da relieve por medio de estucos. Dentro de este período se sitúa la casa de los Vetti, donde se aprecian algunos rasgos del mundo egipcio, y en la que destacan sus pinturas por las delicadas escenas con figuras de amorcillos. Pero sin duda, el mejor ejemplo lo encontramos en los frescos de la Villa de los Misterios de Pompeya.

 


LA VILLA DE LOS MISTERIOS
La Villa de los Misterios es uno de los edificios suburbanos de Pompeya, situado a unos doscientos metros de la Puerta de Herculano, fuera de los límites de la ciudad. Se trata de una construcción que presenta una disposición armoniosa y singular de sus ambientes y una superlativa colección pictórica. Fue construida en la primera mitad del siglo II a. C. y fue muchas veces remodelada y ampliada. Se presenta como una construcción de cuatro lados circundada por una terraza panorámica. Después del terremoto del año 62 la Villa cambió de propietarios y de usos: de vivienda señorial pasó a establecimiento agrícola.

Los usos finales de esta Casa constituyen el ejemplo de una vivienda de gran lujo unida a una explotación agrícola ganadera. Integrada al paisaje mediante grandes pórticos y galerías que dan a jardines colgantes, la Villa de los Misterios se muestra muy distinta de las casas encontradas en la ciudad.

Si bien casi todas sus paredes se encuentran decoradas con pinturas, destacan una serie de grandes frescos que se supone que representaban la iniciación de las esposas a los Misterios Dionisíacos. En la llamada Sala de la Gran Pintura, se desarrollan una serie de frescos que datan del siglo I a. C., que representarían los momentos sucesivos de un ritual que Roma intentó limitar sin mucho éxito.

Las imágenes son muy elocuentes: un niño leyendo el ritual bajo la supervisión de una matrona, una joven que lleva una bandeja con ofrendas, un grupo de señoras en una celebración sacramental, un sileno que toca una lira mientras una jovencita ofrece su seno a una cabra, otro viejo sileno ofrece bedidas a un pequeño sátiro mientras otro más joven le alcanza una máscara teatral, entre muchas otras. También se representan las bodas de Dionisio y Ariadna.



 

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